“No he escogido esta lengua” sobre “La analfabeta. Relato autobiográfico” de Agota Kristof.

 Algo como un susurro, un silbido lejano. Quizás un mundo paralelo.

 Algo te acompaña mientras lees a Agota contándote su historia. Tal vez sea el eco de una vida de exilios constantes. Primero el de la casa, la tierra; después, el de su familia. Y para siempre el del lenguaje, la lengua materna.

 “Cinco años después de haber llegado a Suiza, hablo francés, pero no lo leo. Me he convertido en una analfabeta. Yo, la que sabía leer cuando tenía cuatro años.”

 


Construirse en un nuevo idioma. Una lengua que habita un territorio. Un lenguaje que va más allá de los símbolos -porque saber un idioma no es conocerlo. Porque el mapa no es el territorio y la mente, la voz y las costumbres se llevan en el cuerpo. 

La corporalidad que cada lengua trae consigo, el desafío.

Y la ruptura. La crisis.

La identidad se rompe, se disuelve y nos llama, nos nombra. Pero desde otro lugar.

 “Al principio, no había más que una sola lengua. Los objetos, las cosas, los sentimientos, los colores, los sueños, las cartas, los libros, los diarios, estaban en esa lengua. Yo no podía imaginar que pudiera existir otra lengua, que un ser humano pudiera pronunciar una palabra que yo no comprendiera.”

 

 



 ¿Quiénes somos cuando nuestro primer símbolo se desvanece? Sentimos como se desarma en partículas y sabemos que no habrá nadie que pueda pronunciarlo; la menos de manera correcta. Tu nombre, tu símbolo lingüístico personal -el primero-, es ahora una nueva forma de extranjería.

“¿Cómo habría sido mi vida si no hubiera dejado mi país? Más dura, más pobre, pero también menos solitaria, menos rota; quizás feliz. De lo que sí estoy segura es que hubiera escrito lo que fuera en cualquier lengua.”

La soledad en la que nos encierra la imposibilidad de un lenguaje. Esa frontera.

La tarea nueva de crear puentes sin gramática, sólo con ritmo. Con mecanismos de relojería que nos permitan poner en palabras el tiempo. Y dentro del tiempo eso que somos, una vida.


Por Manuela Rímoli Candi.



“La analfabeta. Relato autobiográfico”
de Agota Kristof se lee en una tarde, son tan sólo once capítulos escritos de manera directa, honesta y casi minimalista.

La traducción es de Juli Peradejordi. 

La editorial ALPHA DECAY ha publicado la decimosexta edición en abril del 2024. ISBN: 978 – 84 -92837 -84 -7.

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